Salazar Mendiguchía persiguió, encarceló y vejó a la familia propietaria del diario Cuarto Poder, algunos de cuyos integrantes debieron salir del país.
Ricardo Alemán
Durante años, el gobernador de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía, fue el símbolo de la corrupción, la depredación y los excesos demenciales de los llamados gobiernos de alianza, al estilo de los que hoy gobiernan Oaxaca, Puebla, Sinaloa y Guerrero.
Durante años, Pablo Salazar Mendiguchía hizo de Chiapas su feudo privado, en donde no había más ley que la del “señor Salazar”; en donde nadie podía criticar, cuestionar, hablar mal del “señor gobernador”, a riesgo de parar en la cárcel, en donde aquel que se atreviera a decir lo que pensaba del moderno gobernante de horca y cuchillo, era sometido —junto con su familia— a las peores vejaciones en la cárcel.
Durante años, Pablo Salazar Mendiguchía se enriqueció hasta niveles delirantes, a costa de la pobreza de los chiapanecos, de los más pobres, de los miles de damnificados de las tragedias naturales que azotaron al sureste mexicano. Ayer, precisamente, fue detenido acusado del delito de peculado, por desviar 11 mil millones de pesos destinados a los damnificados.
Durante años, Pablo Salazar Mendiguchía despreció a todos los partidos políticos que lo llevaron al gobierno de Chiapas. Por si no lo recuerdan, Pablo Salazar militó siempre en el PRI. Hace una década, en el año 2000, se cambió de partido, buscó el apoyo del PAN, del PRD y de todos los opositores, dizque para sacar al corrupto PRI del poder en Chiapas. Llegó al gobierno con el respaldo de una alianza de todos contra el PRI, pero su gobierno fue el más antidemocrático, más corrupto, más criminal y el más depredador.
Durante años, Pablo Salazar Mendiguchía cobijó a su amigo y ex zar antidrogas —del gobierno de Zedillo— Mariano Herrán Salvatti, al que hizo procurador de Justicia de Chiapas y le brindó todo su apoyo. ¿La razón? Que Salvatti fue el brazo represor de su gobierno. Al tiempo que Herrán se convirtió en ejemplo de prepotencia, corrupción e impunidad, ya que desde su cargo protegió a las bandas del crimen organizado y el narcotráfico, comandó las bandas que secuestraron a indocumentados y, por si fuera poco, personalmente llevó a cabo una criminal persecución contra los periodistas críticos de Chiapas.
Durante años, Pablo Salazar Mendiguchía compró conciencias, controló medios de información y, mediante la ley de la plata o el plomo, silenció a comunicadores y activistas sociales que intentaron dar a conocer la corrupción, los crímenes y la impunidad de su gobierno. Compró incluso al EZLN, que nunca dijo nada de ese corrupto gobierno. ¿Y la voz del EZLN?
Durante años, Pablo Salazar Mendiguchía persiguió, encarceló y vejó a la familia propietaria del diario Cuarto Poder, algunos de cuyos integrantes debieron salir del país —el patriarca murió en el extranjero—, en tanto que un hijo que lo enfrentó personalmente fue enviado a prisión, en donde sufrió todo tipo de vejaciones y lo sometieron a una tortura de consumo obligado de droga, hasta que murió.
Durante años, Pablo Salazar Mendiguchía coqueteó con el presidente Fox, para que lo hiciera secretario de Estado. ¿Por qué? Porque el sicópata gobernador de Chiapas se creyó el cuento de que podía ser Presidente. Y, durante años, los chiapanecos padecieron a uno de los peores gobernadores de su historia, al aliancista Pablo Salazar, que ahora seguro saldrá con el cuento de la persecución política, la cacería de brujas y otras vaciladas al estilo de Jorge Hank Rhon.
La noche del 5 de julio de 2010, en el especial que sobre las elecciones estatales ofreció Foro TV, pusimos, como ejemplo de la corrupción de los gobiernos de alianza PAN-PRD, al de Pablo Salazar en Chiapas. El entonces jefe nacional del PRD, Jesús Ortega, negó furioso que el de Pablo Salazar fuera un gobierno corrupto y lo defendió como ejemplo de transparencia y democracia. ¿Qué va a decir hoy Jesús Ortega del corrupto gobierno de su amigo y protegido Pablo Salazar?
Parece que se confirma que vivimos una oleada contra los intocables y lo que hoy vemos con la detención de Pablo Salazar puede ser un adelanto de la consignación de Jorge Hank Rhon. Lo curioso es que Pablo Salazar fue detenido justo el día de la libertad de expresión, él que tanto se burló de los periodistas y que —en algunos casos— los persiguió hasta verlos sin vida.
EN EL CAMINO
Según GEA-ISA, Manlio Fabio Beltrones es el priista mejor calificado, luego de Peña Nieto. Y si el senador se enfrentara hoy a los mejores candidatos del PAN y del PRD, les ganaría. ¿La lección? Que nadie dé por muerto a Beltrones.
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@RicardoAlemanMx