Después de haber afirmado Alonso Lujambio, Secretario de Educación Pública, frente a los medios de comunicación, de que el material de la fallida Estela de Luz Bicentenario, era de primera calidad y que el arquitecto, estaba mintiendo, al afirmar que el nunca habia visto el material. La empresa Italiana que les vende el material afirma que el que se les compro, es de la mas baja calidad. Todavia así el Sr. Lujambio quiere ser el candidato a presidente de la republica, ¿Y la autocritica? esa es la pregunta.
El material, por el que se pagaron 60 millones 780 mil 545 pesos, fue calificado como ‘ni de quinta’ por el autor del diseño de la Estela de Luz.
Ciudad de México (28 julio 2011).- Se equivocó en el nombre. Así justificó la empresa italiana Taltos la reducción de la calidad del cuarzo enviado a México para la Estela de Luz, por el que se habrían pagado 60 millones 780 mil 545 pesos (3.6 millones de euros).
“Yo me equivoqué en escribir WHITE ICE que en realidad es WHITE QUARZ! Te envío las fotos (sic). Del ICEBERG WHITE ICE no hay bastante blanco, sólo hay WHITE QUARZ que cuesta más!”.
En un correo electrónico, Raffaele Moz, el director de Taltos, le informó el 11 de mayo de 2010 a Gutsa, la compañía subcontratada para construir el monumento del Bicentenario, que no enviaría cuarzo traslúcido sino uno de menor calidad, incluso uno que había sido calificado como de desecho.
“Si quieren seguir con el ICEBERG WHITE ICE se tiene que aceptar también la selección D, si no no hay bastante material para acabar el projecto (sic)”, insistía Moz. El correo iba dirigido al ingeniero que estaba al frente de la Estela, Guido Ernesto Montfort Meade quien respondió: “Seguiremos adelante con el material contratado White Ice”. Parecía cerrarse así una serie de correos, visitas y reproches sobre la calidad del cuarzo comprado en Brasil.
Documentos y personajes consultados por REFORMA dieron cuenta de que alguien ofreció un cuarzo que no era, alguien lo aceptó y no ha hecho valer el contrato, otros salieron ganando y otros más siguen diciendo que la Estela tendrá “White Ice”, sin mencionar que es Iceberg, uno veteado y opaco que incluye un material que había sido descartado.
Todo empezó cuando la empresa mexicana Mármoles W encontró, en Taltos, el cuarzo que por fin agradó al autor de la Estela, César Pérez Becerril. Su nombre era “White ice”, de un solo tipo. La minera sería Victoria Stone y el despacho encargado de llevarlo a Italia, Marmi Bruno Zanet, cuyo director prometió en exclusiva el “Quarzo White Ice” el 18 de febrero de 2010.
El contrato entre Gutsa y Taltos se firmó a inicios de marzo de 2010. Por nombre se establecía “Cuarzo White Ice” y llegaría a México a más tardar el 30 de julio de 2010. Pero el 30 de marzo, cuando Pérez Becerril visitó Taltos, en Pinerolo, comprobó que se estaba trabajando un material distinto. Regresó furioso, le reprochó al director de Mármoles W, León Welch, quien a su vez le llamó al director de Taltos y luego le colgó el teléfono.
Por correo electrónico, Raffaele Moz intentó tranquilizar a Welch: “si llega alguna pieza marrón el arquitecto (Pérez Becerril) tiene el derecho de rechazarla y Taltos la cambiará porque te aseguro que utilizaremos ÚNICAMENTE el material blanco”.
El 14 de abril de 2010, iii Servicios y Gutsa visitaron Italia y confirmaron que el cuarzo tenía una gran cantidad de vetas.
Entonces se clasificaron las placas en categorías: A, B y C, aceptables y D, con muchas vetas y fondo oscuro, inaceptable.
A esa visita acudió una representante del despacho de Pérez Becerril quien, ante la premura por terminar la obra, aceptó que hubiera tres categorías.
Aun así, Taltos siguió enviando calidad D y, en mayo de 2010, cuando ya habría recibido un anticipo de 909 mil 888 euros y cuatro pagos de 341 mil 208, cada uno, Moz le informó a Gutsa que nunca existió un material llamado “White Ice”, sino uno llamado “Iceberg White Ice”, veteado. El traslúcido que se aprobó aquí, dijo Raffaele Moz, en realidad se llamaba “White Quarz” y costaba lo doble. “Yo me equivoqué en escribir WHITE ICE que en realidad es WHITE QUARZ!”, le decía.
Además, agregaba, del Iceberg había muy poco.
En otro correo, le informa a Gutsa que deberían aceptar la categoría que fue desechada o, si no, el precio se incrementaría en un 40 por ciento.
Molestos porque Gutsa no hacía valer el contrato pidiendo los certificados de calidad donde se revelaría que el “White Ice” especificado existe y está disponible en Brasil, Mármoles W abandonó el proyecto.
Ahora, Pérez Becerril ha calificado como de quinta o sexta categoría al cuarzo aceptado. Sin embargo, por alguna razón Alonso Lujambio, Coordinador del Bicentenario, e Ignacio López, director de iii Servicios, han negado que Gutsa haya aceptado cuarzo de mala calidad.
En un dictamen, el Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México y la Sociedad de Arquitectos Mexicanos han confirmado la “equivocación” de Taltos. Documentos en poder de este diario también dan cuenta de ésto y aunque en ellos Taltos insiste en que el elegido era Iceberg, la responsable de su oficina comercial, Iryna Yerokh, dijo el martes a REFORMA que estaban enviando “Quarzo White Ice”. Al final de su correo de mayo de 2010, Raffaele Moz le escribe a los mexicanos: “Espero vuestra decisión si aceptar también la selección D o trabajar con el material más caro!”.
Con información de Irene Savio, Corresponsal Reforma en Italia