Por: Diego Reynoso – Ayer a la noche pude ver el debate entre los candidatos presidenciales de México, por la señal de internet de Milenio TV. No me quedé a ver el posdebate de los “analistas”. Hoy temprano leí los diarios para ver que decían, respecto de quien ganó, quien estuvo bien, cuando y como. Obviamente, según cada editorial, ganó “su pollo”. Lo que siempre más me ha gustado leer, después de un posdebate, son esas cosas que la prensa resalta como relevantes y que nunca me enteré o presté atención mientras se daba el mismo. Trataré entonces de hacer un breve resumen de lo que para mí fue el debate y de los efectos que ha tenido en las candidaturas para la competencia electoral de cara al 1 de julio.
El primer evento del debate fue la presentación de cada candidato. No hubo nada, salvo el caso de Quadri –Candidato del PANAL– que adoptó desde ese instante la actitud de “yo no soy político, ellos son los políticos. Los políticos son malos, ergo yo soy el bueno”. El discurso prometía, pero la verdad es que a lo largo de una hora se deshacía, sobre todo cuando uno recordaba que él era el candidato del PANAL y que su impulsora era Elba Esther Gordillo. Sólo si estás muy distraído podés creerle el discurso, pero de todos modos es bastante outsider en su discurso y oscila zigzagueante entre el “public choice” y soluciones represivas de la peor calaña, como cuando consideraba que México debía copiar la construcción de cuerpos policiales eficientes y de primer nivel como “La guardia civil española, los carabineros de Chile” etc. Insistió un par de veces con el tema seguridad, el tema de la inversión en ciencia y tecnología, el sistema universitario y repetía incesantemente que “los políticos se peleaban y no hacían propuestas”. No tengo mucho más para decir de Quadri, salvo que seguramente logrará el objetivo de superar el umbral requerido para conservar el registro del PANAL y no fracasar, como hasta ahora lo han hecho los cuartos candidatos en las anteriores elecciones.
Josefina Vazquez Mota, empezó bien y terminó mal. Empezó en su tono habitual, aunque ya en su primera intervención eligió ir por Peña Nieto. Lo buscó, le tiró datos encima, le reprochó una mala gestión en el Estado de México, le arrojó estadística que dejaba muy mal a su gestión y al Edomex. Fue por él. En eso fue intelegente, lo escogió como adversario. Peña Nieto respondió al principio, pero en algún momento se dió cuenta que respondiéndole puntualmente la convertía en su adversaria, y así decidió cambiar el foco… ahí, en ese momento, Josefina Vazquez Mota desapareció del debate. No estaba! Si bien hablaba cuando le tocaba, se desvanecía luego. En Twitter hubo intentos de colocarla –como por cierto hacían los seguidores de todos– pero, por más que insistían (sobre todo el usuario de la cuenta del PAN y Molinar Horcasitas, que lo retwiteaba), no había nada allí. Quadri sorprendía con sus ideas de “clasemediero” y profesor universitario pagado de sí mismo, y Peña y AMLO habían robado el centro de la escena con fotos, acusaciones y reclamos. Para mí, a la que peor le fue, fue a ella. Insisto, al inicio, la estrategia fue correcta: buscó ser la contendiente de Peña (y podría haberlo sido, ya que el ritmo de AMLO era lento), pero en algún momento desapareció del debate y, creo, no volvió más! Su discurso reforzó su posición liberal en lo económico, destacando la necesidad de abrir los mercados, acabar con los monopolios, favorecer la competencia, atraer capitales para el desarrollo tecnológico, e ideas por el estilo, dando una idea bastante clara que “el estado tiene que estar ausente y reducirse a ser un marco jurídico”, el mercado con reglas claras, seguridad jurídica, alcanza y sobra; pero con esas mismas ideas le erró al tratar el tema seguridad y violencia: “están gobernando!” Peña Nieto le enrostró sus ausencias en la cámara de diputados, y era fácil recordarle que fue secretaria de estado y ocupó lugares importantes durante estos últimos 12 años.
Andres Manuel Lopez Obrador empezó fiel a su estilo y siguió fiel a su estilo. Definitivamente no está hecho para los debates. Es lento, se toma su tiempo y le suena la “chicharra”. No le alcanza. Además va razonando a medida que habla, lo cual si bien podría hablar bien de él, a diferencia de los otros, lo hace parecer dubitativo, inseguro y poco claro. En lo propositivo estuvo ausente! Pero su virtud fue terminar como el rival de Peña Nieto, y eso no es poco. Es más, diría que eso es todo lo que tenía que venir a buscar a este debate. Empezó con generalidades, posicionandose a la izquierda, no habló de competitividad, de mercados, de inversiones extranjeras directas, de inversión de capitales, no. Fue derecho al grano: “son los malos gobiernos”, es una elite que desde el gobierno de Carlos Salinas “aplica recetas neoliberales”. No hay diferencia en los ultimos 4 gobiernos de México: Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón. Son lo mismo. Se paró ahí y ahí esperó. Cuando JVM desapareció, él ocupó el lugar del “challenger”, del competidor. El gran momento fue cuando mostró, al revés, una foto de Peña Nieto con Salinas de Gortari. Si bien no propuso mucho, sus críticas y sus “denuncias” fueron típicamente de izquierda o centro izquierda, fue el que más hincapié hizo ( y eso habla de lo poco que se habló del tema) en la desigualdad, la pobreza como consecuencia de “gobiernos corruptos” y neoliberales. No creo que haya ganado al día de hoy un sólo voto a favor por sus propuestas, pero creo que logró instalarse como el potencial competidor y eso, en el mediano plazo, le puede ayudar a los votantes estratégicos que NO quieran votar por Peña Nieto. Incurrió en una falta: por momentos le faltó decir que Peña Nieto era un peligro para México!
Enrique Peña Nieto, salió ileso del debate. Si bien le tiraron unas cuantas encima del escritorio, a mi entender no lo afectaron. Las que le tiraron encima, como las estadísticas de mal desempeño del estado o su foto con Salinas de Gortari, o ser el sobrino de Montiel y cosas por el estilo, no lo erosiona y no le quita un solo voto. Nadie que ya estuviera decidido a votar por él se viene a enterar de ésto ahorita y, en consecuencia, no creo que a causa de ello cambiaría su voto. En ese sentido, las críticas hacia él no lo definían tanto a él sino a quién era el que lo criticaba. No sé si me explico. El que más críticas le hiciera, y convenciera al electorado que lo hacía, sería visto como el contendiente y principal adversario de Peña. Eso era lo que venían a buscar JVM y AMLO ahora, no tanto restarle votos a Peña. Está consolidado! Dependerá que emerja un candidato claro para que el electorado coordine, como lo hizo Vicente Fox contra Francisco Labastida (“me dijo mariquita, me dijo lavestida”). Peña Nieto, también fiel a su estilo, se mostró prolijo, nunca dudó, tenía estudiado su discurso, hablaba claro y, como dice un amigo mio un tanto injusto, “no se la caía una idea”. Se posicionó en el centro aunque más inclinado a la derecha (insistía en temas de competitividad, inversión extranjera, etc.) pero no llegaba a ser tan “empresarial” como JVM. Al inicio se concentró en JVM, pero creo que sus asesores entendieron que la convertía a ella en la unica competidora con esa estrategia, y giró hacia AMLO. Demás está decir que a EPN le conviene que ambos (AMLO y JVM) permanezcan en la liza competitiva e instalados, para que dividan el voto antiPRI y ello le permita ganar tranquilo. Cuando AMLO le tiró que PAN y PRI eran lo mismo, EPN le contestó con que el PRD y el PAN hacían alianzas en los estados en contra de él (por momentos pensé que citaría mi libro, je..je..).
En resumen, el debate no permitió conocer más de lo que ya conocíamos de los candidatos. Hubo un poco de riña, lo cual siempre se agradece! Para mi el resultado más claro es el potencial impacto negativo en JVM. Ahora las encuestas van a tener que decirnos que percibió el electorado y, lo que siempre está detrás, la influencia de los comentaristas, medios, analistas y demás opinionólogos sobre quién ganó el debate.
El Autor Diego Reynoso es: Politólogo hincha de independiente, aunque vive en Zona Norte del GBA. Me gustan las noches del DF en companía de mis cuates, y las vacaciones en Tucumán visitando primos y primas. Amo correr alrededor del hipódromo de San Isidro. Y me gustan mucho las estadísticas, la teoría de juegos y las casualidades. Mi cuenta de twitter es @dgreynoso, síganme que no los voy a defraudar!
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